Escuelas escultóricas de Valladolid y Madrid en el siglo XVII

VALLADOLID

Fue le centro motor de la creación castellana durante el periodo en e que fue capital del reino.

FRANCISCO DEL RINCÓN

Iniciado en las iniciales esculturas en cartón piedra.

Elevación de la cruz

Grupo escultórico e 1604 en madera policromada cuya representación
evoluciona según el sentido devocional que induce a la dramatización 
de la escena. Este paso transformó la concepción procesional por el 
cambio de material y la dramatización teatral de la escena.

De este autor no se conocen más obras solo se sabe que fue el introductor del barroco en la ciudad.

El auge procesional de la ciudad se vió cesado durante el siglo XVIII, hasta que en el año 1920 se recuperan las imágenes barrocas para la Semana Santa. Esto conllevó a la reconstrucción de los pasos, que muchos de ellos nos llevaron a interpretaciones erróneas como en confundir a Cristo con el Ben Ladrón. En el año 2000 se llevó a cabo una basta campaña de restauración de las obras.

Tras el concilio de Trento queda patente la iconografía de la pasión, cargada de carga emocional como punto álgido, debían de ser grandes composiciones volumétricas que ocupasen la escenografía, datando el espacio de dramatismo-teatral en los rostros y las posturas, así como un el lenguaje gestual que fuese accesible para el público.

GREGORIO FERNÁNDEZ

Es uno de los prestigiosos escultores del siglo XVII. No fue policromador, pero sus obras se conocen por la numerosa cantidad de escultores y pintores que trabajaban en su taller.

Asociado con el pintor Diego de la Peña realizó:

Retablo de San Francisco Peñafiel

Retablo de la capilla de Nuestra señora de la Soledad con una Piedad.

Elevación en la cruz o Tengo sed

Conjunto escultórico dinámico que lleva la aportación de Juni.
Las figuras tienen disposición piramidal y destaca la tensión teatralizada.
Al principio en esta obra aparecían dos sabayones, personajes burlescos que no 
trasmiten ninguna clave emocional, pero esto se reforzará al añadir a dos más
que poseerán rasgos dramáticos.

Santo entierro

Obra de Fernández y tiene una visión en movimiento. Es un cristo
yacente, muerto y preparado para su entierro. Incorpora al espectador 
en la escena y se convirtió en modelo re repetición.

Esta pieza está realizada junto a Juan de Jini y posee una visión frontal.

Camino al calvario

De 1614 narra la escena a través de personajes reales que viten
ropas del momento.

Sexta Angustia

Fechada en 1646 y policromadas por Marcelo Matínez, en el centro se sitúa 
la Virgen con su hijo tendido en el suelo, sosteniendole la cabeza. 
La asimetría de la composición recuerda a la de Aníbal Carracci.

Descendimiento

Del 1623 para la cofradía de la Vera Cruz.
Es una narración pictórica donde la disposición exacta de los personajes 
es un montaje anclado.

Aparición de Cristo flagelado a Santa Teresa de Jesús

Representa el hecho de la aparición de Jesús ante la santa para así convertirlo en tangible.

BERNARDO DEL RINCÓN

Cristo del perdón

Representa a Cristo tras ser flagelado, con los brazos extendidos,
arrodillado sobre la bola del mundo y con el cuerpo lleno de heridas,
la piel morada y la mirada en interrogante.

MADRID

No existen pautas propias del lugar, pues las obras se piden a los autores de diferentes focos.

MANUEL PEREIDA

Portugués que dejó marcada la iconografía del Cristo del Perdón, que fue policromadda por Francisco Camilo, perdida en un incendio en 1936, aunque se conserva una réplica.

Carmen Melgar Marcos

Escultura en la escuela andaluza del siglo XVII

GRANADA

PABLO DE ROJAS

Es la transición entre el romanticismo y el barroco, con modelos al natural y cuyos elementos fundamentales son el reflejo el sentimiento interno y las imágenes increíbles.

Se centró en la creación de retablos, pues la creación de pasos procesionales eran trabajos de segundo orden. Sus obras encajaban con lo planteado en el tratado de Trento, siendo considerado el instructor de modelos de Nazarenos en actitud de caminar, dolor distante y la no presencia de sangre, aunque no conocemos quien fue el policromador.

PEDRO DE MENA

El gran maestro de Granada, es fundamental su colaboración junto a Alonso Cano en la ciudad.

La primera figura influyente fue su padre Alonso de Mena, quien definirá  la iconografía del escultor, como podemos ver en la obra:

Santiago Matamoros

Situado en la catedral de Granada.
Es un caballero contemporáneo que conmemora la victoria monárquica sobre la herejía.

Franciscano San Pedro de Alcántara

Retrato del santo siguiendo las palabras de Santa Teresa de Jesús.
Es un santo alto, calvo y enjuto en pie.
Está en actitud de escribir mientras atiende al Espíritu Santo, elevando
la mirada al cielo, y con un físico demacrado debido a las penitencias.
Va ataviado con la capa corta de los franciscanos descalzos.

En 1658 firmó el contrato para realizar las esculturas del retablo de la catedral de Málaga, con unas 40 tallas limpias en madera de cedro.

Posteriormente viaja a Madrid por posibles negocios, y es nombrado escultor de la catedral de Toledo.

Magdalena penitente

Siguiendo la obra de Gregorio Fernandez, la ora está realizada
en tamaño natural, representando a una joven de piel lisa que se
contrapone a la aspereza de la palma.
La mirada se inclina contra la luz a modo de diálogo.

Las hijas del escultor aprendieron el oficio, desarrollando algunas obras antes de entrar en el convento, donde realizaron grandes obras para las hermanas.

JOSÉ DE MORA

Uno de los tres hijos de Bernardo de Mora, nacido en Palma de Mayorco, pero se traslado a Granada donde murió.

Se formó en la escuela de Baza y se hizo cargo de la demanda de Alonso de Mena una vez muerto el escultor, todo ello junto a los escultores Bernardo de Mora, Pedro de Mena y Cecilio López.

Se estableció en Málaga aunque su obras iban dirigidas a Granada, pues tras la muerte de Alonso Cano la familia se hace con el poder de la ciudad controlando casi todo el monopolio.

La producción de José no queda muy clara, pues casi todas eran repeticiones como el Ecce Homo y la Dolorosa, quienes eran una pareja de bustos.

Esta pareja de bustos están realizados para poder moverse dotando
al díptico de teatralidad, pudiendo ponerse enfrentados,
mirándose o girados mirando al público.

Entre 1670 creó un conjunto para el convento del Ángel Custodio, y en 1680 se le encargaron las esculturas para la familia Martínez de Teya.

Mora es un ejemplo de expresionismo barroco llevado a los extremos por el uso abusivo de ojos de cristal con vedaludas de barniz, pestañas, clavos, sangre realizada con pintura espesa y las ondulaciones del pelo realizadas con virutas de madera.

Se cree que la policromía la dió él mismo.

SEVILLA

JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉZ

Gozó de fama en vída, realizó la formulación de los grandes modelos iconográficos de la época y trabajó en numerosos encargos junto a Pacheco, una asociación muy reclamada por la clientela, siendo también colaborador habitual de Baltasar Quintero.

Cristo de la clemencia

Obra realizada entre Montañéz y Pacheco es su obra más significativa y 
de la que hablaremos en la entrada anterior.

San Jerónimo

 El contrato se firma en 1609 para el retablo mayor de San Isidro del Campo.
Las condiciones eran que debía de terminarlo en un año y medio, así
que traslado todo el taller al monasterio, siendo de su propia mano San Jerónimo.
Esta talla marca un hito en la iconografía del santo, pues representa a un santo ya curtido por la dura vida en el desierto.
En cuanto a la policromía las encarnaciones están terminadas en mate.
Es una imagen que puede ser sacada en procesión.

Niño Jesús

Talla policromada por Gaspar de Ragis, para la catedral de Sevilla, datada en 1608.
Las encarnaciones muestran la piel de un infante que suscita el amor paternal
en la pedida de un abrazo, que a su vez es simbólico, pues reclama la ayuda
del hombre para su salvación.

Los Niños Jesús trataban de despertar los sentimientos maternales de protección y cuidado.

Virgen de la Inmaculada Concepción

Situada en al catedral de Sevilla, data de 1630 y nos muestar
una doncella que mira al suelo con pudor.

JUAN DE MESA

Aprendiz de Montañéz, sus clientes fueron las cofradías y las hermandades penitentes.

Un tema muy común eran los crucifijos.

Destacan 5 pasos procesionales dedicados plenamente a las cofradías:

Cristo del amor

Obra d 1618 con un cristo cruzificado que debió ser realizado de su propia mano.
Destaca el abismo en el sentimiento.

Conversión del Buen Ladrón

Momento antes de la muerte de Cristo, representa la conversación que 
tiene con el Buen Ladrón, un dialogo definido en las miradas que se cruzan.

Buena muerte

Realizada para la hermandad de sacerdotes de la Casa  Profesa, es el
momento de expiación. Destaca el realismo y el sentimiento alcanzados
plenamente.

Crucificado

Imagen encargada en 1622 por Juan Pérez de Irazába para la iglesia de 
San Pedro de Bergara, en Guipúzcoa.
Es una talla realizada al completo, destacando la emoción y movimiento
en la maestría de la talla y el sentimiento de las facciones, con un
estudio anatómico y una expresión inalcanzable.

Se sabe que dos pintores le encargaron la realización de crucifijos simples para ellos policromarlos, uno de Jerónimo Ramires de 1621 y otro para Antonio Pérez en 1627, ambos cristos muy similares a la Buena Muerte.

Jesús del gran poder

Nazareno de 1620, es una pieza de vestir efectista en el balanceo
del movimiento en el paso a través del pie avanzado en acción de caminar
y el movimiento del paso en procesión. 
La pasión del rostro es sufriente, un rostro envejecido por el dolor, 
pero en él también se lee compasión.

ALONSO CANO

Se le atribuye a la escuela de Granada porque su taller se situó allí y porque fue donde murió, pues sus obras se expandían por muchos lugares.

A los 13 años se traslada a Sevilla donde entró como aprendiz del taller de Pacheco, pero en el campo de los retablos se formó con su padre Miguel Cano, quien a su juventud le cedió la creación del encargo de un retablo de Nuestra Señora de la Oliva, cuya policromía estuvo a manos de Paablo Legot y destaca por el sentimiento interiorizado; también se cree que pudo pasar por el taller de Montañéz.

Inmaculada

Talla de 1655 y 1656 realizada para la catedral de Granaa, posee
inclinación en la cabeza que la dota de un semblante de abstracción.
Es una estatuilla de pequeño tamaño.

San Juan Bautista

Para el retablo mayor de San Juan de la Palma de Sevilla es una talla 
que representa a un joven San Juan Bautista sentado en la piedra reflexionando.
Deja la mirada perdida hacia el cordero, mientras que refleja un interior contemplativo,
las carnaciones reflejan las venas, la barba incipiente y el relieve de los huesos.

Las imágenes de Bautista y San Juan Evangelista tuvieron un fuerte impulso en el siglo XVII, sufriendo cambios iconográficos.

PEDRO ROLDAN

Aprendiz de Alonso de Mena hasta su muerte, cuando marcha a Sevilla y abre un taller donde trabaja con sus hijas, quienes se casan con respectivos escultores y pintores, y las cuales se habían educado en el arte de la escultura.

Su obra cumbre fue el retablo de la iglesia de la Caridad de Sevilla, cuyo contrato se firma en 1670 y cuya policromía se encarga a Valdés Leal en 1673. Las figuras poseen un resultado único y unitario, cuyo cuerpo principal será Cristo muerto, siendo una escena de entierro vivido, dotado de dramatismo y teatralidad.

LUISA, LA ROLDANA

Hija más famosa de Luís Roldán, se casó sin el consentimiento de su padre con e dorador Luis Antonio Navarro de los Árcos, quien trabajó en la mayoría de sus obras.

Ecce Homo

Talla de 1684, es una de sus primeras obras datadas y documentadas. 
Realizada para el convento carmelita de Cadiz y que se encuentra en la 
catedral de la ciudad, es el máximo ejemplo del realismo andaluz, cuyo
sufrimiento refleja la tortura infinita infligida.
En una resturaxión de 1984 se encontró un manuscrito firmado por la propia
escultora donde se declaraba "insigna escultora", siendo ayudada por su 
marido.

De sus años en Sevilla se le atribuyen numerosas Vírgenes, creyéndose que la Macarena de la ciudad pudo ser obra dus su mano, pues es muy símil a la Vírgen de la Soledad de la hermandad de la soledad de Cadiz.

San Servando y san Germán

Dos tallas de 1687 para el ayuntamiento de San Fernando, del que se
conserva un documento firmado por la escultora donde aparece ella
como escultora y su marido como dorador y estofador.

En estos años se traslada a Madrid donde realizó pequeños grupos escultóricos. Fue nombrada escultora de la corte de Carlos II, pero debido a su estado de miseria tuvo que pedir auxilio a la reina María Ana de Neoburgo, quien la nombró escultora de cámara.

Descanso de la huida a Egipto

Nacimiento

Desposorio místico de Santa Catalina

Para Felipe V realizó:

Jesús Nazareno

Inmaculada

Piedad al pie de la cruz

Obras en terracota:

Dos natividades, El descanso en la huida a Egipto y un Niño Jesús del dolor, que se realizaron al estilo de las estampas flamencas y que serán los orígenes de los futuros belenes.

Carmen Melgar Marcos

Escultura y policromía en la imaginería barroca

En el siglo XVII se abrió el gran debate de la soberanía de la pintura sobre la escultura y viceversa, pero lo que está claro es que la una no sobrevive sin la otra.

Muchas obras se atribuyen a grandes escultores, y siempre nos olvidamos de aludir el pintor de la obra, por eso en el gremio es difícil separa ambas imágenes.

Los talleres gremiales trabajaban según las pautas enmarcadas por el titular del taller, siendo característico de nuestra península la policromía y la unión del trabajo.

Los gremios de la madera seguían las normas y organizaciones establecidas durante la Edad Media, siendo multiodficio el trabajo con la madera, pudiendo acceder a cualquier examen del oficio.

Cada ciudad poseía unas normas gremiales que van a diferenciar a unos a de otros, aunque luego las piezas se acaban desplazando de lugar.

Para complicar un poco más el asunto la creación de una imagen no solo divide el trabajo entre pintor, el que le da la vida, y el escultor, el que talla la imagen; tenemos que incluir a los doradores y estofadores que serán, según los pintores, unos intrusos.

Ante este debate la respuesta vino de la mano de Martinez Montañéz, cuando en 1621 se hizo cargo absoluto del retablo del retablo del convento e Santa Clara de Sevilla, incumpliendo así las ordenanzas establecidas.

GREGORIO FERMANDES

Trabajó con una larga lsit de pintores, en su mayoría formados por él.

Sagra Familia

Policromado por Diego Valentín.

Descendimiento

Policromado por Francisco y Marcelo Martínez para el retablo de San Miguel de Valladolid.

Piedad

Colaboración junto a Diego de la Peña.

MARTINEZ MONTAÑÉS

Sus pintores policromadores más frecuentes fueron Gaspar de Ragis. Pacheco y Baltasar Quintero.

San Jerónimo

Pieza policromaa por Francisco Pacheco para el retablo del monasterio de San Isidro del Campo en Santiponce.

Inmaculada

Policromada por Baltasar Quintero para la Santa Clara de Sevilla.

Cristo de la Clemencia

Obra hecha de la mano de Montañés y Pacheco.

Es un Cristo que en su último esfuerzo se yergua hacia delante.
El cuerpo se muestra en tensión, inclinando la cabeza y la mirada
la dirige hacia los pies, con los ojos muy abiertos, todo esto trabajo
de Montañés.
El trabajo de Pacheco se completa con los tonos sonrosados de una vida
que exala su último aliento, cuyos párpados se matizan con sombras.
La sangre le corre por la frente, mientras que tres lagrimas corren
por su mejilla, pintadas con un brillo acuoso.

Esta es una de esas obras que necesita hacer renombre de ambas figuras.

A lo largo del siglo XVII la dependencia entre escultor y pintor se hace cada vez más claraa.

PEDRO ROLDÁN

Realizó el examen que lo habilitaba para ser pintor imaginiero

ALONSO CANO

Es pintor de imagen desde 1626, enseñando la técnica en su taller.

 


LO VIVO

La contrarreforma impuso en la escultura Española la procesionalidad de las obras, siendo esta su aliado fundamental, pues la fe se puede adquirir a través de la contemplación y la asimilación escenográfica de la conversión, así el género surge como partida de las comedias de Santos. La clave se encuentra en engañar los sentimientos, para ello la expresividad es fundamental.

Los focos son muy específicos y cada uno posee unas peculiaridades personales; Andalucía, con Sevilla y Granada; las provincias castellanas de Valladolid y Madrid.

INFLUENCIA DEL NORTE HOLANDES

Los orígenes de estas tallas son sorprendentes, pues no son de tallas peninsulares, sino de tallas traidas desde los Países Bajos en el siglo XV.

La Feria de Medina del Campo movía un comercio de lana y textil principalmente holandes, donde también se movía el comercio de estampas y líbros.

Esta influencia está atestiguado por unas obras flamencas que podemos encontrar en la colección artística de Los Reyes CAtólicos, destacando la sigueinte pieza del Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid:

Piedad

Esta piedad perteneció a la colección del obispo de Palencia.
Data de los años 1406 al 1415, es de taller desconocido y está
totalmente policromada.

NUEVOS SANTOS

El concilio de Trento fomentó el culto a los santos, celebradose la canonización de muchos de ellos a lo largo del siglo. Se representan en éxtasis, con las cabezas ligeramente ladeadas y levantada, en la mano izquierda llevarán un libro mientras que en la derecha llevan una señal de inspiración divina.

El objetivo de estos santos es que fueran fieles a los mitos, cercanos y realistas al público e identificables por los rostros.

El gran canonozador de santos fue Gregorio Gernández.

Estas imágenes eran de bulto redondo, permitiendo que se sacasen en procesión.

Carmen Melgar Marcos